Dentro de estas interesantes y decorativas plantas nos encontramos con una enorme cantidad de especies y variedades muy adecuadas para cultivar en interior, aunque también prosperan bien al aire libre.
En general los Helechos no se desarrollan bien en ambientes con luz demasiado escasa, lugares mal ventilados, corrientes de aire o cambios bruscos de temperatura.

El mayor problema que plantea el cultivo de estas delicadas plantas, deriva de los efectos de una atmósfera cálida y seca.
Esta delicadas plantas poseen frondes (conjunto de hojas o ramas) más bien delgados incapaces de almacenar mucha agua. Esto hace que los frondes sean muy susceptibles de deshidratarse cuando se los expone durante mucho tiempo a una atmósfera con falta de humedad.
Rociando los Helechos con un vaporizador dos o tres veces al día en zonas con veranos muy cálidos, se contribuirá a atenuar el problema de la deshidratación, puesto que al cubrir los frondes con una película de agua, se reduce la pérdida de ésta por parte de la planta.
Los Helechos son plantas vivaces que no florecen y por lo tanto no poseen semillas, pero producen esporas para su propagación en la parte inferior de algunas hojas. Estas esporas son como motas de polvo y presentan una gran dificultad para realizar la multiplicación por medio de este sistema, es realmente un trabajo para profesionales.
La fórmula para obtener nuevas plantas de la mayoría de Helechos lo más fácil es dividir cuidadosamente la mata entera en dos mitades. Se plantan ambas mitades en macetas separadas y se tratan como si fuesen plantas establecidas.
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